Arqueólogos encuentran un templo de 2.000 años de una civilización “de película” en el Mediterráneo
ITALIA, 25 de octubre de 2024.- (MUY INTERESANTE) En las profundidades del mar Tirreno, frente a la costa de Pozzuoli, Italia, un equipo de arqueólogos marinos ha realizado un descubrimiento fascinante: los restos de un templo nabateo, una estructura que data de hace más de 2.000 años. Este hallazgo no solo arroja nueva luz sobre la presencia de los nabateos, una civilización famosa por su capital en Petra (Jordania), sino que también plantea nuevas preguntas sobre su comercio y religión en el corazón del Imperio Romano.
Un templo perdido bajo el mar
En la actualidad, gran parte de la costa original de Pozzuoli está sumergida debido a la actividad volcánica y al fenómeno de bradisismo, un proceso geológico que eleva y hunde la tierra gradualmente. Esta actividad ha dejado bajo el agua más de 2 km de lo que fue uno de los puertos más importantes de la Roma antigua. A lo largo de los siglos, los restos de almacenes, viviendas y otros edificios han quedado preservados bajo el agua, un paraíso para los arqueólogos submarinos.
Sin embargo, lo que no se esperaba encontrar era un templo dedicado a Dushara, el principal dios de los nabateos, una civilización conocida principalmente por su impresionante ciudad tallada en la roca, Petra. Esta es la primera vez que se descubre un templo nabateo fuera de las fronteras de su reino original, que se extendía desde el norte de Arabia hasta el Mediterráneo oriental.
Para entender la importancia de este hallazgo, es necesario situar a los nabateos en su contexto histórico. Durante los siglos IV al II a.C., los nabateos controlaban una extensa red comercial que abarcaba rutas clave en el comercio de bienes de lujo como incienso, especias, oro y marfil. Con el tiempo, acumularon una enorme riqueza y se integraron cada vez más en la órbita del Imperio Romano.
En su apogeo, los nabateos no solo comerciaban en Arabia, sino que también tenían relaciones comerciales con ciudades romanas importantes como Puteoli (el antiguo nombre de Pozzuoli), el segundo puerto más grande de Roma. Puteoli, a solo 16 kilómetros de Nápoles, era un centro neurálgico del comercio de grano y otros productos vitales para la ciudad de Roma. Es en este contexto donde los nabateos, como expertos comerciantes, habrían establecido una presencia significativa en la región.
El descubrimiento del templo
El templo fue descubierto durante una campaña de investigación en 2023, cuando un equipo de arqueólogos, dirigido por Michele Stefanile de la Scuola Superiore Meridionale, estaba mapeando los restos sumergidos de la costa de Puteoli. La exploración reveló dos grandes habitaciones con paredes de opus reticulatum, una técnica de construcción romana. En una de estas habitaciones, los arqueólogos encontraron dos altares de mármol blanco y varias losas de mármol inscriptas.
Los altares, que se apoyaban en la pared sur del templo, tenían inscripciones en latín que decían “Dusari sacrum”, lo que significa “consagrado a Dushara”, el dios nabateo. Estas inscripciones son un testimonio de la mezcla de culturas: aunque el templo estaba dedicado a una deidad árabe, la lengua y la arquitectura eran claramente romanas.
¿Por qué construir un templo nabateo en Puteoli?
El hecho de que los nabateos construyeran un templo en Puteoli es indicativo de su influencia y presencia en la región. Para los nabateos, los templos no solo eran lugares de culto, sino también centros de encuentro para las comunidades mercantiles. La religión y el comercio estaban intrínsecamente conectados en su cultura, y los mercaderes probablemente buscaban la protección de su dios mientras realizaban transacciones en tierras extranjeras.
La elección de Puteoli como lugar para un templo nabateo tiene sentido, dada su importancia como puerto de entrada para productos exóticos de Oriente. Dushara, una deidad que simbolizaba la fuerza y la fertilidad, era también un dios protector del comercio. La construcción de un templo en su honor en una ciudad clave del Imperio Romano habría sido un modo de asegurar el favor divino en sus negocios y al mismo tiempo un símbolo de la prosperidad de la comunidad nabatea en Italia.
A pesar de su prosperidad, los nabateos enfrentaron un cambio drástico a principios del siglo II d.C. En el año 106 d.C., el emperador romano Trajano anexó Nabatea, convirtiéndola en la provincia romana de Arabia Petraea. Esta anexión marcó el fin del control nabateo sobre las rutas comerciales terrestres, lo que llevó al declive de su poder económico.
En Puteoli, el declive nabateo parece haberse reflejado en el destino del templo. Los arqueólogos descubrieron que, en algún momento del siglo II d.C., el templo fue rellenado con una mezcla de concreto y fragmentos de cerámica. Este acto no parece haber sido un intento deliberado de destruir el templo por razones religiosas, sino más bien un esfuerzo práctico por reutilizar el espacio. El comercio nabateo había caído en declive y, sin su comunidad mercantil, el templo ya no era necesario.
El legado de los nabateos en Italia
El descubrimiento del templo sumergido en Puteoli es un recordatorio del alcance del comercio nabateo y de la capacidad de esta cultura para adaptarse y prosperar en territorios extranjeros. Aunque los nabateos son más conocidos por su monumental ciudad de Petra, su influencia se extendió mucho más allá de las fronteras de su reino, llegando a las costas de Italia, donde dejaron una huella duradera.
Este templo es una prueba de la integración de los nabateos en la economía y la sociedad romanas. Su arquitectura y uso del latín muestran cómo adoptaron elementos de la cultura romana mientras mantenían su identidad religiosa. Además, el hecho de que el templo fuera finalmente cubierto sin un acto de destrucción violenta sugiere un respeto por el espacio sagrado, incluso en tiempos de cambio y declive.
El equipo de arqueólogos tiene planeado continuar las excavaciones a lo largo de este año, con la esperanza de descubrir más detalles sobre la estructura del templo y su historia. Los estudios futuros podrían arrojar más luz sobre cómo funcionaba el templo y cuál era su importancia para la comunidad nabatea en Puteoli. Lo que está claro es que este descubrimiento ha abierto una nueva ventana al mundo de los nabateos en Italia, una civilización que sigue revelando sus secretos bajo las olas del mar Tirreno.